05 julio 2010

UN DESAFÍO, UNA VERDAD, UN COMPROMISO…



UN DESAFÍO, UNA VERDAD, UN COMPROMISO…
Janerianos, agradezcamos al Señor la oportunidad de encontrarnos, de entrecruzar nuestro camino con otros Janerianos que viven el carisma con amor, como nosotros, pero que elijen otras formas de acercar a los hombres a Dios, llevando el tesoro de la caridad hecha servicio.
Pero, ¿qué aprendimos de esta experiencia única?...

Asumimos un desafío: SENTIRNOS PARTE

El Señor nos puso delante un mar que cruzar, una familia que dejar, un amor para entregar…Lo mismo que a las hermanas que en 1910 trajeron el carisma a nuestras tierras. Debemos sentirnos fruto vivo de su entrega, de su caridad, de su valentía. Si ellas no hubiesen dicho “sí” al llamado del Señor, hoy nosotros no podríamos disfrutar de toda la riqueza que Ana María puso al servicio de la Iglesia. Si ellas no hubiesen actuado por razones de caridad, movidas por una fe inquebrantable, hoy no seríamos los que somos; porque Ana María y sus hermanas nos dieron la identidad.
Como familia Janeriana, esta fiesta nos invita a sentirnos parte y fruto vivo de la entrega de seis hermanas, que abandonadas a la misericordia de Dios, se animaron a expandir la caridad hecha servicio en tierras nuevas, solo por amor; ese amor que hoy nos congrega en la unidad y nos llena de gozo y felicidad.
Para empezar, Ana María nos invita a encontrar aquello que todos compartimos: El Señor Jesús; porque solo encontrándonos de corazón con El, podremos seguir caminando para hacer crecer el carisma de nuestra Madre. Y para entrar en sincera comunión con Jesús, debemos poner la mirada más allá de nuestra realidad para descubrirlo en el hermano, para animarnos a transformar cada muerte en una Pascua de Vida, para valorar la gratitud, el perdón y la alegría y poner nuestros dones al servicio de Dios.
Si estamos dispuestos a seguir en este desafío, Ana María nos propone actuar movidos por razones de caridad, para que juntos aliviemos el dolor ajeno, reconciliemos al que está perdido con el amor de Dios, sembremos la paz y construyamos entre todos un hogar fraterno.
Ana María nos pide que dejemos actuar en nosotros al Espíritu Santo, para que nos impulse a luchar por la justicia, para que renueve nuestra fe, nos haga sensibles a las necesidades de los demás, y nos muestre el camino hacia Dios.
Solo reconociendo las virtudes de Ana María hoy, podremos sentirnos parte y vivir el carisma con fervor, como las primeras hermanas.
“¿Cuándo, Señor, te serví y te amé?
Cuando lo hiciste con el más pequeño, cuando en cada hermano me descubriste.”

Fuimos testigos de una verdad: EL ÚNICO CAMINO CIERTO ES EL SEÑOR

Jesús es, para Ana María, el ideal supremo y la razón de su entrega. Nuestra Madre nos enseña a imitar al Señor en su paciencia y humildad, a amar la caridad y la santa pobreza, siendo amables y llevando como bandera la paz.
La obra de Ana María pudo desafiar las dificultades por su infinita confianza y su profunda oración. El tiempo de prueba que vivió, nos enseña que con paciencia, un corazón disponible y teniendo presente al Señor, como la razón y fundamento de nuestra vida; podemos superar la adversidad, aplicando el mensaje de Cristo en nuestra vida.
Es importante entregarnos por completo para sentirnos hermanos, saber escuchar para que nos escuchen, saber compartir para que compartan con nosotros.
El servicio sincero, desinteresado y pacífico es el mejor camino hacia Dios, que no espera de nosotros grandes gestos, sino que cada día nos acerquemos al otro, es decir, a Él mismo, que estemos dispuestos a recibir su gracia.
Aprendamos a confiar en Dios, dejémonos guiar por su Luz sin claudicar, vivamos en la esperanza; recordando que las mejores victorias que logramos, son aquellas en las que vencemos nuestras propias debilidades, nuestros miedos y temores.
Si aprendemos a luchar, alimentados por la fuerza de Cristo, que vive en medio nuestro, podremos superar las dificultades que nos impiden caminar.
Todo parte de Jesús y va hacia Él. Nuestra vida, el carisma janeriano, todas las personas que nos rodean son su regalo: esta es la verdad que tenemos que defender en lo cotidiano.

“Abrazados en confianza, caminemos en la esperanza, porque es tiempo de la fe, de buscar el camino hacia Dios con fidelidad”

Renovamos un compromiso: SEGUIR EN CAMINO

Un camino es una senda que marca nuestro rumbo. Muchas veces, la violencia y la muerte nos desvían la mirada, perdemos la meta y las razones para andar. Cada vez que nuestro horizonte se nuble, debemos volver a pasar por el corazón recordando nuestra verdadera identidad.
Debemos caminar en comunidad, teniendo presente nuestra entrega total a Dios y al servicio de caridad, vividos con sencillez y humildad; a ejemplo de Jesús de Nazaret.
Debemos buscar sin pausa la voluntad de Dios en nuestras vidas para entrar en comunión con El y con los hermanos, y tomados de la mano, dejar que Ana María nos ilumine; e impulsados por su carisma fortalezcamos la fraternidad con el esfuerzo de todos, fundamentada en la caridad, para que reine la alegría y el espíritu de servicio.
Así, día a día, podremos hacer de nuestro grupo un lugar lleno de amor, un hogar que acoja a todos, una casa de la caridad…
Estamos llamados a seguir caminando por la senda que marcó Ana María hace 151 años, para acercar a los hombres a Dios, a través de la caridad hecha servicio, ofreciéndoles un amor paciente, fiel y misericordioso.
Para servir, debemos vivir la misericordia en lo cotidiano y así, hacer de nuestra vida una respuesta de amor, que permanezca e inunde nuestros corazones.
Antes de decir sí, miremos a nuestro alrededor, miremos desde el alma al que camina a nuestro lado, y juntos demos un paso más, porque el prójimo es también un hijo de Dios y nos necesita.
Solo así el carisma podrá crecer y muchos otros nos acompañarán en este largo recorrido.
Éste es nuestro compromiso, haciéndonos cargo del otro y pensando en el bien común, nuestro camino será más liviano; Ana María es nuestro escudo, la fuerza del Señor nos alienta y la mirada de nuestros compañeros de camino nos ilumina,

“En medio del dolor y de la muerte, la presencia del amor poder llevar…”
“Todo hombre necesitado, consuelo en mis manos debe hallar…”
“Construir historia con esperanza, ser testimonio para los hombres, que Dios siempre está”

Que así sea…


pd : Nuevo escritor !!! Gracias por compartir tu experiencia con Nosotros Lukitas !!!
Pd : Y sigamos en camino !!!!!