Con la mirada puesta en la próxima Beatificación de Nuestra Madre, los janerianos volvimos a reunirnos para reflexionar sobre la casa de nuestra vida.
Nuestra casa debe ser un hogar para cada uno de nosotros y nuestras familias, donde todos se sientan acogidos, escuchados, y respetados, en un clima de Comunión, como el de Nazaret.
En el interior de nuestra casa, debemos esforzarnos por experimentar cotidianamente el “ser familia”, compartir, reconocernos hermanos y a la luz del Evangelio, contribuir en un clima de armonía y fraternidad, descubriendo y alimentando el afecto que nos une, por ser, ante todo, “familia de Dios”.
Cada vez que partamos el pan de nuestra mesa, recordemos, que para que dé frutos, nuestra vida debe partirse, entregarse, y buscar que nuestros papás, hermanos, abuelos, sean felices. Nuestra vida es un Don, y debemos hacerla Don para los demás, a ejemplo de Ana María.
En la cotidianeidad de nuestra vida, recordemos lo que nos dice Jesús en el Evangelio: “El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.”(Mt. 10, 39)
¡Pongámosle vida a nuestra casa, practicando las virtudes que llevaron a Ana María hacia Jesús!
PRÓXIMAS ACTIVIDADES:
- Sábado 24 de septiembre: Fiestas patronales en “Villa La Merced”. Salimos desde el colegio a las 15.45. Confirmar asistencia
- Sábado 1 de octubre: Compartimos un almuerzo janeriano, en el encuentro previo a la Beatificación.
